El infarto al miocárdio (existen otro tipo de infartos, como el cerebral, por ejemplo) es el resultado de la obstrucción del flujo de sangre en una de las arterias que nutren el corazón y que produce la muerte y disfunción de parte del tejido que esté irrigado por esa arteria, en otras palabras, se pierde la función de contracción y la capacidad de bombeo de una parte del corazón cuando se ocluye la arteria. Siempre esta acompañado de un fuerte dolor en el pecho que, en muchas ocasiones, se puede confundir con otras cosas porque el dolor se ubica muy cerca de la base del esternón y se puede confundir con cólico gástrico o incluso biliar. También se puede presentar dolor en el cuello irradiado en la mandíbula inferior y esto también se suele confundir con otro tipo de síntomas, tanto que la estadística dice que de un 10% al 20% de las personas que han sufrido infarto al miocardio lo han confundido inicialmente con otra enfermedad..Ante esta sintomatología tan ambigua, resulta conveniente saber cómo reconocerlo.Dolor en el tórax de alta intensidad, como una sensación de opresión comparable a tener un ladrillo en el pecho, mareos y sudor son motivos para acudir rápidamente a un servicio de urgencias, donde se le practicarán los dos exámenes que determinan si es o no el corazón el motivo de los síntomas. Estos exámenes son un electrocardiograma (examen que mide la actividad eléctrica del corazón) y exámenes de sangre, que acompañados de lo que el paciente le cuente al médico, determinan exactamente si se trata o no de infarto al miocardio. La razón de acudir lo más pronto posible a un servicio de urgencias es que cuanto más rápido se inicie el tratamiento, que hoy en día va desde drogas que licúan los coágulos que están tapando las arterias hasta abrirlas literalmente con angioplástia o con catéteres, más cantidad de miocardio se puede salvar y más muertes se pueden evitar.
miércoles, 27 de agosto de 2008
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